sábado, 29 de octubre de 2011

Los héroes nunca mueren: Ramiro Ledesma ¡Presente!

Era ya veintinueve y tocaba la hora de la muerte. Les flanqueaban milicianos armados, camino del camión que les trasladaría. De repente, se lanza hacia uno de los milicianos, intentando arrebatarle el fusil.

- ¡A mí me matáis donde yo quiera, no donde vosotros queráis!

Y cayó. El disparo de otro miliciano terminó con su vida en el último arrebato de rabia, bajo un rayo de tremenda voluntad, y su cuerpo se estrelló contra el suelo. No hubo que rematarlo, de su cráneo manaba sangre y ya nada podía hacer. Todo había terminado. Lo recogieron y lo llevaron, con los otros treinta y uno, al cementerio de Aravaca, donde fueron fusilados contra el muro. Allí yace Ramiro, enterrado bajo la tierra de su Patria, como recuerdo perpetuo del fratricidio de 1936 y homenaje a todos los que murieron injustamente.

Tal vez la mejor definición de la muerte de Ramiro la diera Ortega y Gasset, antiguo maestro, cuando se enteró de ella en París: “no han matado a un hombre, han matado a un entendimiento”.

2 comentarios:

  1. Es "curioso" que esa cita de Ortega sea tan poco conocida (por otra parte, Ortega también es un personaje bastante defenestrado).

    Ayer, hoy y siempre... ¡Ramiro Ledesma Ramos, PRESENTE!

    ResponderEliminar
  2. El mejor nacional revolucionario que ha dado esta nación.

    Ramiro Ledesma Ramos ¡¡PRESENTE!!

    ResponderEliminar