lunes, 27 de febrero de 2012

Fuertes y baterías de Santoña

La villa cántabra de Santoña, por su estratégica ubicación, ha sido tradicionalmente una plaza fortificada y codiciada desde el punto de vista militar. Los testimonios que se han conservado hasta nuestros días confieren a esta villa una singularidad por su arquitectura militar. Las primeras obras realizadas para proteger los intereses de la comarca de Trasmiera, sus astilleros y accesos, se remontan a fines del siglo XVI.

Fuerte San Martín

Se construyó a comienzos del S.XVII pero en los dos siglos posteriores sufrió sucesivas rehabilitaciones que transformaron el Fuerte de San Martín en una imponente fortificación.

Con una superficie de 2.700 metros cuadrados actualmente tiene forma de herradura y está formado por dos órdenes de fuegos acasamatados, con una terraza superior donde también se colocaban cañones y obuses.

Fuerte San Carlos



Es el más antiguo de Santoña, fue construido con tierra y madera a principios del XVII, en un punto que ya antes servía de atalaya de vigilancia costera, a finales de ese mismo siglo la villa decidió sustituir esta mala batería por otra de piedra, que pasó a denominarse Fuerte de San Carlos en honor al monarca Carlos II.

Remodelado en los dos siglos siguientes, las obras que por mandato de Leopoldo O'Donell, se realizaron en la plaza fuerte de Santoña, le convirtió en un importante complejo defensivo de sillería dotado con un gran cuartel para la tropa, varios edificios para almacenes y polvorines, una pequeña plaza de armas y una batería acasamatada similar a la de San Martín, pero de un sólo piso.

Con sus 37 cañones era otro fuerte esencial para la defensa del puerto de Santoña.

Fuerte de Napoleón

El Fuerte de Napoleón domina todos los puntos al norte y oeste evitando cualquier ataque, tanto mediante desembarco en la playa de Berria como a través de una invasión por tierra.

Batería alta y baja de Galvanes

Este complejo defensivo tenía la misión de defender la entrada a la bahía de Santoña y su fondeadero interior.

Levantada entre 1811 y 1812 por ingenieros napoleónicos ambas fortificaciones se reconstruyeron en 1859, aunque el proyecto original era muy ambicioso y no llegó a ejecutarse íntegramente.

Batería alta de San Martín

Fue construida como complemento del fuerte y se emplaza a unos pocos metros por encima de éste. Sus obras terminaron en 1859.

Sobre una superficie de 4.000 metros cuadrados, el conjunto incluye un almacén de pólvora, un cuarto para la tropa y un almacén, además de una amplia explanada con parapeto corrido para la artillería.

Polvorín y cuerpo de guardia del Helechal

Está situado a poco más de 100 metros del Fuerte de Napoleón y es un sólido edificio de dos naves y cuatro departamentos independientes para contener, con las suficientes garantías, tanto pólvora a granel como cartuchería de fusil y proyectiles para la artillería.

Tiene planta cuadrangular, pararrayos y un muro perimetral de ladrillo para absorber el impacto de una posible explosión.

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